viernes, 26 de diciembre de 2014

Cambios


Aquel chico rompedoramente guapo de los 80 se había convertido en un cuarentón, con su barriguita cervecera y falto de ilusiones. El George Michael de Moncloa ahora es uno de los señores grises de Momo.

En su juventud daba la sensación de ser un chico seguro de si mismo, enamorado de la vida y de la juerga, enamorado de la noche, y cada noche de una chica diferente, pero en realidad, todo era fachada. Después de tantos años me doy cuenta de sus inseguridades, de sus miedos, de que en realidad no éramos nosotras las muescas de su cabecero ...
Siempre quiso enamorarse, siempre estuvo enamorado de la misma persona ... Y ahora, como muchos de nosotros, cuando se presuponía que sería un triunfador, se ve atrapado en una vida que no le corresponde por su condición.

¡Qué caminos tan distintos nos ha hecho tomar la vida!

sábado, 6 de diciembre de 2014

Llegó el amarillo


Llegó el amarillo de nuevo a mi reino y con él la alegría y las ganas de despeinarse.
Pronto las montañas se teñirán de blanco y sus canas traerán nuevos juegos e ilusiones.



martes, 25 de noviembre de 2014

Doy la cara


Eres la princesa de todos mis cuentos, solía escuchar cada mañana al despertar al lado del príncipe azul.
Pero todo príncipe lleva una rana dentro, y no hay amor más tóxico que el mal entendido.

Hoy, y todos los días como hoy; doy la cara por todo aquel que sufre abusos, por todas esas mujeres que no han sabido decir basta, por las que si lo hicieron, por las que murieron a manos de sus maltratadores, por las que se salvaron ...

Hoy, y todos los días como hoy, doy la cara por todas nosotras.

                                                                     D.Ch

jueves, 20 de noviembre de 2014

No te perdono



No te perdono.

No te perdono que dejaras huérfanos a nuestros hijos, ni cada una de sus lágrimas.

Tampoco te perdono ninguna de las veces que me faltaste al respeto. Ni me perdono a mi misma, porque no supe ver que eran las semillas de la violencia.

No te perdono que compraras aquella navaja, ni que me abrieras la garganta.

No te perdono que después cogieras la escopeta de tu padre y te volaras la cabeza.

Cobarde.

No te perdono.

¡No te perdono!

¡¡No, no te perdono!!


En mi tumba, habrá flores.